Varias experiencias personales y espirituales en mi vida me han llevado a investigar, aprender y vivir diferentes aspectos de la felicidad y de su ausencia. Algunas de estas experiencias me desvelaron mi misión en esta vida: aprender los mecanismos sobre la felicidad para poderla enseñar y transmitir a los demás, para hacer que la Humanidad fuese feliz. Este es el espacio, junto a www.LuxVitae.com, donde compartiré contigo este saber acumulado. (Miguel Ángel Darshan)

Secreto número TRES: Cómo superar el Dolor en la Vida...


 

Vivimos rodeados de DOLOR...
físico, emocional, mental, social y espiritual...

Todos buscamos, todos deseamos erradicarlo
de nuestras vidas y de las vidas de los demás.

Observo dolor a diario en mis pacientes,
en mis amigos, en familiares, en mí mismo,
en diferentes grados, con diferentes pronósticos,
pero siempre perjudicando a quien lo padece.

¿Y cuál sería la fórmula mágica y/o científica para erradicarlo?
Este es el Santo Grial de la Felicidad...

Muchos maestros nos han hablado durante toda la historia,
miles de métodos han surgido para combatir el dolor,
unos funcionan muy bien para unas personas, y no tanto para otras,
unos llegan a todo el mundo, otros sólo a unos privilegiados,
pero todos necesitamos erradicarlo.

A la luz de mis vivencias,
como persona,
como terapeuta,
he descubierto algunas normas, reglas, principios
que demuestran ser eficaces para vivir y superar el dolor:

1. Creer, tener fe en algo superior a uno mismo:
Universo, Destino, Dios, Inteligencia Suprema, Energía Universal...

2. Tomar consciencia de que somos algo más que un cuerpo físico,
que somos una energía / alma / ser pre-existente a este cuerpo
y que persistirá a este cuerpo.




3. Tomar consciencia de que existe un propósito en nuestra vida,
lo conozcamos o no,
donde todo cuanto vivimos,
lo desagradable, lo neutro y lo agradable
forman parte de un proyecto,
un gran proyecto para nuestra alma
aunque nuestro cuerpo
no disfrute necesariamente durante el proceso.

4. Entender y perdonar nuestra propia imperfección
en nuestros actos, pensamientos y emociones.

5. Entender y perdonar la imperfección ajena
en cualesquiera de sus manifestaciones,
especialmente cuando éstas nos afectan.

6. Interiorizar los cinco principios expuestos,
integrarlos en nuestro ser,
en nuestra vida cotidiana.

7. Ser pacientes.



8. Estar dispuestos a perderlo todo,
sentir y aceptar el desapego hacia
lo material, la familia, los amigos, la propia vida.

9. Tomarnos la vida menos en serio,
relativizarla, concederle un margen al cambio,
al mejoramiento, donde todo es tránsitorio,
lo bueno y lo no tan bueno.

10. Confiar en nosotros, en nuestra alma,
en ese "Algo" superior que nos trasciende y
entregarle nuestro porvenir.

No hablo por hablar, convivo con el dolor a diario,
acostumbro a solucionar el dolor ajeno y propio,
estos son los grandes principios que ayudan a lograrlo.

No quisiera ser "más papista que el propio Papa",
pero te aconsejo:

- Aprende técnicas energéticas,
aprende a ver, tocar, sentir tu campo energético por tí mismo/a,
donde las teorías dejarán de ser teorías,
donde percibirás que eres más que un cuerpo físico y
sabrás armonizarte y conocerte,
y por ende a los demás.

- Experimenta técnicas de conexión con tu alma,
con vidas pasadas, donde te reconocerás
con otros roles, otras vivencias,
donde conocerás tu proyecto de vida para esta encarnación.

El dolor duele, por supuesto,
pero si se entiende su causa, su orígen,
este desaparece y cede lugar
a la comprensión y al aprendizaje
que nuestra alma pretende y persigue
con esa vivencia que causa dolor.

Namaste.


 
Miguel Ángel Darshan

Bookmark and Share

Secreto número DOS: TU VERDADERO MAESTRO ERES TÚ

Diferenciar y entender el concepto de "Maestro", tanto en la figura de personas externas como en uno mismo, es crucial para saber navegar por los mares y océanos in tempestuosos de la evolución.


La palabra Maestro significa persona que enseña algo a alguien. Maestro es la persona que ejerce temporalmente el rol de transmitir una información a otras personas, y estos, a su vez, adquieren el rol de alumno (consciente o inconscientemente).

Enseñar, transmitir una información, en realidad, puede hacerlo cualquier persona, de hecho, en el día a día, todos ejercemos como maestros, y a su vez, todos ejercemos como alumnos.

Cotidianamente enseñamos, compartimos nuestro quehacer habitual, particular, profesional, educacional y espiritual con los demás. Eso sí, la transferencia de información de “quien enseña” a “quien aprende” lo hacemos en la mayoría de casos de forma espontánea, natural, sin darle mayor importancia.



Ejemplos, cuando indicamos a un niño que tenga cuidado con el exceso de velocidad con su bicicleta; cuando aconsejamos a un empleado; cuando la esposa indica al marido cómo cocinar tal o cual comida; cuando una niña enseña a su hermanita cómo se viste o cambia la ropita de una muñeca; cuando dos compañeros de trabajo comparten información y modus operandi al respecto de una actividad para satisfacer las exigencias del jefe; cuando un médico asesora sobre una receta a su enfermera; cuando… cuando… miles de veces a diario transmitimos información a otros desde una “posición de saber” hacia alguien “que no sabe” y que nos escucha y atiende “más o menos receptivamente”.

A nivel interno también tenemos un reflejo de este proceder maestro-alumno, ejemplos: cuando suena el despertador por la mañana y nos gustaría continuar durmiendo, pero una “vocecita” interna nos alienta para que salgamos de la cama para cumplir con nuestras tareas de la jornada; cuando alguien nos insulta porque nos hemos saltado un semáforo en ámbar o nos hemos descuidado una señal de tráfico, entonces esa “vocecita” nos dice que deberíamos actuar con respeto e ignorando su agresión verbal, instándonos a evitar el conflicto, y un largo etcétera…

Esa vocecita interna es nuestro Maestro Interior, en parte formado por nuestro Yo Superior y moldeado por los convencionalismos sociales y morales que hemos aprendido e interiorizado de la sociedad y mundo que nos vió nacer y en el que hemos crecido.



En ocasiones no atendemos al Maestro Interior ni al Maestro Exterior (esa persona que nos habla, aconseja, guía… con criterio o no, con buenos modos o no, consciente e inconscientemente…) y entonces se produce una situación de rebelión del Alumno sobre el Maestro Interior/Exterior… y eso tiene su repercusión en nuestra vida interna y se refleja en nuestra vida con los demás… Y está bien, forma parte del proceso, un proceso que nos ha de llevar a valorar la corrección o no, la idoneidad o no de nuestros criterios versus los criterios ajenos que a menudo observamos como impuestos y sentimos la necesidad e instinto primario de rechazar, como un intento de autodeterminación propias.

Cuando nos rebelamos ante la figura del maestro (interno y/o externo) estamos aprendiendo, o mejor dicho, tenemos la opción de aprender de lo que nuestras decisiones provoquen en el exterior… y vistas desde fuera, padeciendo y viviendo para bien o para mal sus resultados, podremos hacer una interiorización adecuada de los principios y reglas que rigen la vida exterior, y en consecuencia nuestra realidad interior.

Rebelarse ante la figura del maestro (interno y/o externo) es bueno, incluso necesario, aunque esto no significa rechazarlo todo como sistema, lo correcto es planteárselo todo como sistema, como forma de proceder sensatamente, desde el auto-gobierno de uno mismo.



Cuando nos resistimos o nos negamos a hacer un crecimiento interior, o cuando nos resulta doloroso y trabajoso ese proceso, decidimos delegar el esfuerzo y la responsabilidad a un Maestro Externo a nosotros, y aquí podemos complicarnos temporalmente la existencia…

Es una obligación evolutiva, es una meta imprescindible para cada uno de nosotros, de nuestras almas, llegar a ser autosuficientes y autogobernados por nuestros propios principios, moralidad y Yo Superior, hasta entonces, todo cuanto vivimos son intentos más o menos acertados, aunque todos necesarios, para lograr esa meta y finalidad de nuestra existencia.

Cuando delegamos en un Maestro Externo nuestro aprendizaje nos exponemos…

El ser humano no nace enseñado, requiere un aprendizaje para desarrollarse, tanto en habilidades físicas, como sociales, de personalidad, de moralidad y en la espiritualidad. Esto nos lleva irremediablemente a convivir y a compartir con los demás, recibiendo de los demás información y formación, e influyendo nosotros también en los demás.

Haré un inciso sobre las formas de aprender:
-    Aprendemos de lo que hacemos… pero también de lo que no hacemos.
-    Aprendemos de lo que hacemos nosotros… y de lo que vemos que hacen otros.
-    Aprendemos de lo “acertado”… y también de lo “incorrecto”.
-    Aprendemos equivocándonos poco… y también equivocándonos repetidamente.
-    Aprendemos aceleradamente… pero también lentamente.
-    Aprendemos mejorándonos… pero también involucionamos.
-    Y todo un sinfín de combinaciones entre estas opciones, y muchas más, PERO SIEMPRE APRENDEMOS, tarde o temprano, con unas consecuencias u otras, pudiéndose corregir o no, siempre aprendemos.


Dicho esto, en la vida diaria escogemos inconscientemente una gran cantidad de modelos, patrones o maestros externos entre las personas que nos rodean y entre multitud de información procedente de los medios de comunicación.. Y está bien, pero es necesario autoanalizarse y poner un filtro de coherencia y análisis para no “absorber” porque sí, sino absorber con cierto criterio (criterio, por cierto, que también evoluciona a medida que vamos aprendiendo en la vida).

Lo que hay que evitar es escoger inconscientemente modelos o maestros externos que nos adoctrinen sin nosotros saberlo, pues les hemos entregado todo nuestro poder personal y nuestra voluntad, aunque ni siquiera sepamos que lo hemos hecho.

Temporalmente puede ser necesario estar a la sombra, o bajo el influjo de un maestro o unos modelos de aprendizaje, pero eso es peligroso, esto sólo es útil en almas muy jóvenes y en personas muy dolidas y castigadas por la vida. Y aún así, no es aconsejable.

Con respecto a las normas y conductas que nos inculca la sociedad, pues hay que tener ojo crítico y ser auto-observadores, pero cuando se trata de Personas Físicas que actúan como Modelos o Maestros, hay que redoblar esfuerzos para no dejarnos llevar o atraer en exceso por su fuerza de atracción gravitatoria.



En el Universo los planetas ejercen una atracción gravitatoria hacia otros cuerpos celestes, sean también planetas, meteoritos a la deriva, incluso influyen sobre el Sol o Soles que rigen su sistema... Así como los meteoritos o lunas acaban por estrellarse literalmente contra ese planeta o sol central, nosotros, psicológicamente, mentalmente, socialmente, espiritualmente NO PODEMOS ESTRELLARNOS contra el Maestro Externo, es lo que se denominaría: Psicología Coercitiva o Sectaria, donde el Maestro inculca sus criterios sobre quien “se siente” o “consiente” ser su “alumno-discípulo” y lo ANULA literalmente.

HAY QUE EVITAR SER ADOCTRINADOS POR MAESTROS EXTERNOS, podemos aprender de ellos, sentirnos atraídos, sentirnos agradecidos por su impulso, PERO NUNCA DEBEMOS PERDER NUESTRO RUMBO EN NUESTRO VIAJE POR EL PRECIOSO UNIVERSO.



Así como los satélites artificiales creados por el hombre utilizan la fuerza de atracción gravitatoria para viajar a grandes velocidades por el Universo… así como utilizan esa fuerza para guiar su camino ... nosotros, análogamente, EN EL MOMENTO ADECUADO Y CON CONSCIENCIA Y PLANIFICACIÓN DESDE EL PRINCIPIO HAY QUE SOLTARSE Y ESCAPAR A LA FUERZA GRAVITATORIA DEL MAESTRO EXTERNO TODOPODEROSO y dirigir nuestro rumbo HACIA NUEVAS METAS Y ESCALONES EN NUESTRA EVOLUCIÓN.

Hay personas que con buena intención o no, tienen un gran magnetismo, un gran poder, una gran autoafirmación, pero eso no les confiere el poder ni la autoridad para atraer hacia ellos, hasta dejar exhaustos y subordinados, a otros SERES QUE SON IDÉNTICOS EN NATURALEZA, LUZ, AMOR Y PROPÓSITO EVOLUTIVO.

Secreto nº 2: TOMA LAS RIENDAS DE TU VIDA, CON CONSCIENCIA, TÚ ERES TU ÚNICO Y VERDADERO MAESTRO.

Con mucho cariño,

Miguel Ángel Darshan

Bookmark and Share

Secreto número UNO: Tu ocupación en la Vida


La Vida escoge momentos muy curiosos para revelarnos sus secretos y sus leyes... Si te mantienes abierto a las "casualidades" éstas llegan a uno de múltiples formas y en los momentos menos esperados...

La felicidad no se busca... se encuentra. Sí, es bueno hablar sobre ella, analizarla, meditar... y luego es aconsejable olvidarse y vivir con naturalidad la vida, en el momento a momento, sin cuestionarnos si somos felices en cada momento, sin cuestionarnos si hacemos lo adecuado para ser felices... Una actitud excesivamente observadora alejará de nosotros precisamente lo que deseamos: LA FELICIDAD o plenitud y paz de espíritu.


Os explicaré algunos detalles de una experiencia, simple y sencilla, pero que transformó profundamente mi vida y que me quedó grabada... y cuyo aprendizaje he transmitido a miles de personas en estos años.

Ocurrió lo siguiente...

Un fin de semana, cuando vivía en casa de mis padres, siendo adolescente, me encontraba estudiando concienzudamente... En cierto momento decidí salir de mi habitación y dirigirme a la sala de estar donde se encontraba el resto de mi familia mirando la televisión.

Una vez en la sala de estar, miré a mi derecha y vi que proyectaban en la televisión una película "muy vanal" a mi entender, trataba de unas familias de empresarios que estaban celebrando un cocktail muy lujoso, lleno de pomposidad y trivialidad. Pensé para mí: "no puedo perder el tiempo con semejantes cosas... esto no tiene trascendencia... no tiene nada que ver con la meditación, ni con el budismo, ni con los mantras... menuda pérdida de tiempo...". Ahora bien, me encontraba tan cansado intelectualmente, y entendiendo que llevaba días encerrado estudiando, pues decidí sentarme y hacer compañía un ratito a mi familia.

En aquella película, en cierto momento, en plena celebración de un suntuoso cocktail, un hombre mayor, empresario de gran reputación se dirige a un esbelto y apuesto joven, y brindando con Champagne le dice: "Para triunfar en la vida... debes encontrar una actividad que estarías dispuesto a realizar gratuítamente toda tu jornada laboral, todos los días de la vida... Búscala, encuéntrala... y entonces, sólo entonces, busca cómo ganarte la vida dedicándote a esa actividad". Acto seguido brindó junto al joven y otros invitados, y se dió media vuelta.

Y yo, sentado en el sofá, estupefacto por lo que acababa de escuchar, sin mediar palabra, me levanté y me dirigí de nuevo hacia mi habitación... dejando atrás extrañada a mi familia por no haber estado más que 3 ó 4 minutos sentado junto a ellos.

Llegué a mi habitación, me senté en la  cama, contemplé todo a mi alrededor, todo aquel "desorden - ordenado" de papeles, libros... miré hacia las estanterías, reconocí algunos libros de filosofía, de místicos, de ejercicios de relajación... y comprendí el profundo alcance de aquellas palabras y comprendí mi ignorancia y mis prejuicios ante circunstancias de la vida que aún siendo aparentemente triviales encierran en sí grandes enseñanzas... para quien sabe captarlas, claro está.

Y, transcurridos los años, te puedo afirmar de nuevo:

Respóndete: ¿Qué actividad, hobbie, profesión, ocupación podrías realizar durante 8 a 10 horas diarias sintiéndome feliz en su desempeño, satisfecho en su realización? ¿Qué actividad te llena? ¿Qué ocupación te aporta tanta satisfacción como para relativizar su impacto sobre tí: horarios, pocos ingresos, esfuerzo físico o intelectual?

(Tómate unos minutos... piénsalo...)

¿Ya estás aquí...? Sigamos...

Ahora pueden ocurrir varias cosas al respecto, hablemos de ellas.

a) No conoces qué actividad sería esa que te llenaría.
No importa, no tengas prisa. Desde hoy, dedica unos minutos al día a meditar en esa posible actividad tan satisfactoria en potencia. Al hacerlo, tu consciente dará una orden a tu subconsciente... y cositas comenzarán a ordenarse en tu interior... y en su debido tiempo, sí, en su debido tiempo, tendrás la respuesta... y recuerda: Obtener la respuesta no necesariamente significará que aparezca un ángel a desvelártela, o que aparezca una nota escrita sobre tu almohada al levantarte por la mañana, bueno, es muy poco probable que sea así... Lo cierto es que aparecerán señales en tu vida, y ahora, que tienes el "radar" activado tendrás muchas opciones de reconocer e interpretar esas señales, que muy probablemente, ya te habían llegado en el pasado... Pero no importa, no hay prisa, es preferible un año de satisfacción, incluso unos meses de plenitud antes de nuestra muerte física, después de haber encontrado la respuesta... mejor que toda una vida sin rumbo y sin ese goce de nuestra alma.

b) Crees que conoces esa actividad, pero no estás seguro.
Bueno, tampoco importa. Ponte en marcha, y si ya estabas en el proceso de llevar a tu vida práctica esa actividad... pues no te detengas.

c) Crees que puedes saber de qué se trata, pero no sabes cómo lograrlo. Bien, tampoco importa, no te preocupes. Busca pasos intermedios, sube los peldaños progresivamente hacia esa actividad definitiva... y tampoco te importe el tiempo, no te importe retroceder si reconoces que una parte del camino no acaba llenándote como imaginabas... Hace años les escribí a unos amigos: EL TIEMPO NO SE PIERDE, EL TIEMPO SE EMPLEA. Aprendemos de todo cuanto hacemos, y también de lo que hemos dejado de hacer... Aprendemos de lo que hacemos nosotros, pero también de lo que vemos que hacen otros... Aprendemos con la práctica, pero también con teorías... Aprendemos de lo que hacemos bien, pero también de lo que hacemos "mal"... Incluso aprendemos haciendo combinaciones de estas posibilidades... imagínate... Siempre aprendemos, nuestra alma siempre aprende, siempre. Ahora bien, toda acción supone una reacción, y hay ruedas que una vez puestas en marcha es difícil detenerlas... y debemos limitarnos a tomar consciencia y minimizar las consecuencias...

d) Sabes de qué se trata, conoces la actividad o actividades que te llenan.
Enhorabuena, disfruta y crece. Sé consciente del regalo que supone tener la certeza de tu tarea o labor a realizar para que tu alma se sienta satisfecha. Permítete evolucionar en esa actividad, permítete cambios si fuese preciso.


El 99,9% de la población necesita trabajar para obtener su sustento, todos somos trabajadores en potencia y en acto, así pues, ya que tenemos que trabajar, trabajemos u ocupémonos en aquello que nos llena; y cuando no es posible, pues intentemos caminar hacia conseguirlo, o bien, apliquemos una parte del día o de la semana a desarrollar esa actividad que nos aporta plenitud y satisfacción.

Y en todos los casos: demos gracias por la vida, por las cosas buenas, por las regulares y tengamos esperanza y fe en resolver lo que necesitamos resolver y mejorar.

Y siempre, siempre, disfrutemos de lo que hacemos, busquemos el lado positivo, el aspecto relativo. Todo cuanto vivimos podría ser mejor... pero también muchísimo peor. Relativicemos y demos gracias. En la gratitud se encierra la oportunidad  de mejora y cambio hacia positivo... (pero como dice un conocido libro... "Eso es otra historia..." , para un próximo artículo).


SECRETO nº 1: ENCUENTRA UNA OCUPACIÓN EN LA VIDA QUE TE LLENE Y BUSCA EL MODO DE REALIZARLA Y QUE ESE SEA TU MODO DE SUPERVIVENCIA.

Miguel Ángel Darshan

Bookmark and Share